Debido a una enfermedad, es posible que necesites usar oxígeno para ayudarte a respirar. Necesitarás saber cómo usar y almacenar el oxígeno.

Tipos de oxígeno

El oxígeno estará almacenado bajo presión en tanques o lo producirá una máquina llamada concentrado de oxígeno.

Puedes conseguir tanques grandes para mantener en la casa y pequeños para llevarlos contigo cuando salgas.

La mejor clase es el oxígeno líquido debido a que:

  • Se puede movilizar fácilmente.
  • Ocupa menos espacio que los tanques de oxígeno.
  • Es la forma más fácil de transferir este gas a tanques más pequeños para llevarlos consigo al salir.

Ten en cuenta que el oxígeno líquido se agota lentamente, incluso cuando no lo estés usando, porque se evapora en el aire.

Un concentrador de oxígeno:

  • Asegura que el suministro de oxígeno no se agote.
  • Nunca hay que volver a llenarlo.
  • Necesita electricidad para funcionar. Debes tener un tanque de reserva de gas oxígeno en caso de que no haya energía.

También hay disponibilidad de concentradores portátiles que funcionan con pilas.

Formas de respirar el oxígeno

Necesitarás una cánula nasal, este tubo o sonda plástica se enrolla por encima de las orejas, como las gafas, con 2 puntas que encajan dentro de las fosas nasales.

  • Lava la manguera plástica una o dos veces por semana con agua y jabón, y luego enjuague bien.
  • Reemplaza la cánula cada 2 a 4 semanas.
  • Si tiene un resfriado o gripe, cambie la cánula cuando se sienta mejor.

Usted puede necesitar una máscara de oxígeno, la cual se coloca sobre la nariz y la boca. Es mejor en los casos en que se necesita cantidades mayores de oxígeno o cuando la nariz resulta demasiado irritada a raíz de la cánula nasal.

  • Reemplaza tu máscara cada 2 a 4 semanas.
  • Si tienes un resfriado o gripa, cambia la máscara cuando te sientas mejor.

Algunas personas pueden necesitar una sonda transtraqueal. Se trata de un catéter o sonda pequeña que se coloca dentro de la tráquea durante una cirugía menor.

Coméntales a los demás que usas oxígeno en tu hogar

Coméntale al personal local del cuerpo de bomberos, de la compañía eléctrica y de teléfonos que usas oxígeno en el hogar.

  • Ellos darán prioridad al restablecimiento del servicio de energía en tu casa o barrio si éste se interrumpe.
  • Mantén sus números de teléfono en un lugar en donde puedas encontrarlos fácilmente.

Dile a tu familia, vecinos y amigos, ellos pueden ayudar durante una emergencia.

Uso del oxígeno

El uso de oxígeno puede hacer que tus labios, boca o nariz se resequen. Mantenlos humectados con aloe vera o un lubricante a base de agua. NO uses productos a base de aceite, como la vaselina.

Pregúntale a tu proveedor del equipo de oxígeno acerca de las almohadillas de espuma para proteger tus orejas de las mangueras.

No suspendas ni cambies el flujo de oxígeno. Habla con tu proveedor si piensas que no está recibiendo la cantidad correcta.

Mantén el oxígeno lejos del fuego abierto (como una estufa de gas) o de cualquier otra fuente de calor.

Los viajes y el oxígeno

Asegúrate de tener oxígeno disponible durante el viaje. Si planeas volar en avión con oxígeno, antes del viaje, coméntaselo a la aerolínea, ya que muchas de ellas tienen reglas especiales acerca de viajar con oxígeno.

Cuándo llamar al médico

Si tienes cualquiera de los síntomas incluidos abajo, primero revisa el equipo de oxígeno.

  • Constata que las conexiones entre las sondas y suministro de oxígeno no tengan fugas.
  • Asegúrate de que el oxígeno esté fluyendo.

Si el equipo de oxígeno está funcionando bien, llama a tu proveedor si:

  • Tienes muchos dolores de cabeza
  • Te siente más nervioso de lo habitual
  • Los labios o las uñas se te tornan azules
  • Te sientes somnoliento o confundido
  • Tu respiración es lenta, superficial, difícil o irregular

Llama al proveedor de tu hijo si el niño recibe oxígeno y presenta cualquiera de los siguientes síntomas:

  • Respira más rápido de lo normal
  • Aletean las fosas nasales cuando respira
  • Hace un ruido de gruñido
  • Su pecho se contrae con cada respiración
  • Pierde el apetito
  • Presenta un color oscuro, gris o azulado alrededor de los labios, las encías o los ojos
  • Está irritable
  • Tiene problemas para dormir
  • Parece que le falta el aliento
  • Está sin fuerzas o muy débil